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Regionales

LA “TOMA DE CARACAS” ACABÓ EN ABUSOS Y SECUESTROS.

Días antes de la toma de caracas ya existían las amenazas para impedir la movilización de los ciudadanos Venezolanos.

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Un incontable número  de personas salieron y abarrotaron las calles este jueves 1 de septiembre,  exigiendo la salida del presidente Venezolano Nicolás Maduro, hasta el momento dicha marcha se ha convertido en la manifestación más grande del año, motivada por la frustración de los ciudadanos ante el colapso económico que vive Venezuela.

Dicha marcha la llamaron “la Toma de Caracas” y fue organizada por los partidos opositores del país, los manifestantes tomaron varias avenidas de Caracas desplegándose por varias plazas de la ciudad, haciendo el máximo  esfuerzo por impulsar la convocatoria de un referendo para revocar a Maduro.

El descontento colectivo  excede la frustración de una nación. La organización fue llevada a cabo en todo el país hubo manifestantes que fueron trasladados desde distintos estados  de Venezuela hacia Caracas en autobuses durante horas, alegan que ya no pueden encontrar comida suficiente, otros explicaron que no tenían trabajo o que sus ciudades se ven afectadas por la violencia y la poca presencia del Estado.

En un país donde los precios aumentan semanalmente, así como las filas en las panaderías o supermercados, brotan los sentimientos como la ira y la desesperación.

En los últimos meses la sequía ha colapsado el sistema hidroeléctrico de la nación, lo que provoca apagones frecuentes en todo el país y deja sin suministro eléctrico a los hogares y a las salas de emergencia de los hospitales. Maduro se vio obligado a recortar temporalmente la semana laboral a cuatro días —y más tarde a dos— para ahorrar electricidad.

Llegando al punto de que las filas que estaban acostumbrados a hacer para conseguir alimentos se convirtieron en saqueos que arrasaron con las tiendas de comestibles. También fueron afectados los camiones de reparto, a los que les empezaron a robar sus cargas. El gobierno ordenó que el suministro de alimentos fuese transportado con guardias armados.

La gravedad de la situación obligó a que muchos ciudadanos emprendieran el largo viaje hasta la capital para manifestar sus reclamos. A pesar de no haber cuantificado con exactitud la cantidad de personas que participaron en la marcha, los funcionarios del gobierno tenían la esperanza de impedir la manifestación. Instalaron retenes oficiales durante la noche del miércoles en los túneles que llevan a Caracas, lo que atascó el tránsito vehicular durante horas mientras la policía interrogaba a los pasajeros.

Gerardo Molina, un estudiante de ciencias políticas de 21 años que viajó desde el Zulia, estado situado en el extremo occidental de Venezuela, hizo un viaje de 16 horas en autobús para unirse a la marcha, una travesía que por lo general dura ocho horas. Molina expresó que muchos jóvenes Venezolanos simplemente han hecho sus maletas y partieron a buscar un mejor futuro en otros países de América del Sur, donde las economías son más prósperas.

Entre los múltiples casos de represión hay uno muy sonado y es la situación que vivió Yohana Carolina Alarcón Moreno de 23 años de edad, viajo con un grupo de manifestantes desde Valera, Estado Trujillo, hasta la ciudad capital, “Llegamos a Caracas a las 6:00 a.m. y nos dirigimos hacia la Avenida Francisco de Miranda donde era el punto de encuentro de la marcha” comentó Yohana Carolina.

Foto de Yohana Carolina Alarcón Moreno

La “Toma de Caracas” se dio inicio a las 8 de la mañana, una marcha con llegada al  punto final que sería el Concejo Nacional Electoral, “había más de un millón de personas” comentan asistentes y espectadores, todo marchaba bien hasta que alrededor de los dos de la tarde los manifestantes comentaron que a partir de esa hora, comenzaron los enfrentamientos ya que  la policía y los chavistas salieron a  interrumpir la marcha.

La necesidad de los manifestantes que asistieron desde otros estados del país era partir esa misma noche de Caracas hacia sus hogares respectivos; Yohana declaró “Esa misma noche regresaríamos a Valera, salimos de Caracas alrededor de las 10:00 p.m. Sin embargo, en una alcabala, el autobús donde viajábamos fue detenido por orden de la Guardia Nacional, tres funcionarios subieron al autobús; nos quitaron las cédulas y uno de ellos comenzó a señalar a quienes llevábamos franelas de algún partido opositor” también comento dentro de sus declaraciones que otro funcionario uniformado bajó a los manifestantes del autobús de manera agresiva y brusca, dicho funcionario se encargó de confiscar los teléfonos celulares y los obligó a pararse contra una pared. Nos mantuvieron allí parados durante horas hasta que llegó un camión de la Guardia Nacional. “Nos montaron a la fuerza en la parte trasera y nos llevaron a un lugar que parecía una granja; no sabía dónde estaba porque no conozco Caracas ni sus alrededores” enfatizó Yohana Alarcón.

El gobierno también estuvo dispuesto a reprimir a sus adversarios, días antes, el líder opositor Daniel Ceballos, quien fue acusado de incitar a la violencia se encontraba bajo arresto domiciliario y fue trasladado a una cárcel, otros partidos opositores dijeron que sus miembros habían sido detenidos o se encontraban escondidos.

De igual manera, las autoridades trataron de obstaculizar la cobertura de los medios de comunicación extranjeros. El Comité para la Protección de los Periodistas, un grupo sin fines de lucro con sede en Nueva York, dijo el miércoles que al menos a seis periodistas, entre ellos dos de Al Jazeera y uno del diario francés Le Monde, se les prohibió la entrada al país en el aeropuerto.

Jim Wyss, reportero de The Miami Herald, pudo entrar pero también fue obligado a marcharse a pesar de tener una visa de periodista, dijeron los voceros del periódico. “Él estaba haciendo su trabajo cuando fue detenido”, explicó Aminda Marqués González, editora ejecutiva del diario.

Manifestantes Secuestrados

La ciudadana Yohana Alarcón contó muy consternada las horas y días de sufrimiento que vivió privada de libertad junto a sus compatriotas; “Nos metieron en un pequeño galpón destinado para animales, todo estaba muy sucio y olía mal, además no había casi iluminación. Nos dejaron encerrados sin explicaciones y fue en ese momento cuando entré en pánico al darme cuenta de que estaba secuestrada y temía por mi vida”.

Los manifestantes provenientes del Estado Trujillo y miembros del partido Voluntad Popular habrían sufrido amenazas y persecuciones desde hace mucho tiempo antes de la marcha, pues es su ciudad natal existe un número importante de colectivos simpatizantes del Chavismo.  

El grupo de manifestantes estuvieron encerrados durante 3 días, escuchando más amenazas, les decían que serían encarcelados por orden presidencial bajo cargos de terrorismo e intento de golpe de estado, además los secuestradores alegaban que todas las pruebas estaban en teléfonos celulares de los ciudadanos, donde tenían  registrada toda la información sobre las reuniones y  cronogramas de actividades del partido Voluntad Popular.

Alarcón dice “Pasé esos 3 días sin comer; no había baño, y debíamos hacer nuestras necesidades en el mismo lugar. En una ocasión, uno de mis compañeros solicitó agua, y nos trajeron un balde con agua sucia, mientras se burlaban de nosotros. Fueron los días más largos de mi vida; cada segundo pensaba que iba a morir o que terminaría presa”.

La pesadilla se fue discerniendo en el segundo día del secuestro en horas de la madrugada, pues habían dado inicio a sacar del galpón a los manifestantes  por  grupos de cuatro o cinco personas, dejándolos en la carretera a distancias separadas, uno por uno, “Cuando me tiraron de la camioneta, me invadió la desesperación, ya que no tenía idea de dónde estaba ni cómo comunicarme con nadie” comentó Yohana.


     Afortunadamente, los familiares de la mayoría de los secuestrados reportaron la desaparición, y los medios de comunicación comenzaron a informar sobre el caso de decenas de personas que habían desaparecido tras la marcha. Se organizó un grupo de búsqueda en las zonas cercanas, logrando así ser encontrados y llevados de regreso a Caracas para luego volver a sus hogares con una dolorosa y terrible experiencia en su mente y en su corazón.

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