Alicia Machado confiesa sus trucos para ganar el Miss Universo 1996
Con un programa de televisión en el que entrevista a celebridades como María Antonieta de las Nieves, Niurka, Samo y Alfredo Adame, la venezolana Alicia Machado celebrará los 25 años de haberse coronado como miss Universo, y desde el set de su producción, recuerda como en aquella época (1996), Luis Miguel la conquistó y se convirtió en su defensor cuando la prensa rosa de Estados Unidos la atacó por haber subido de peso en pleno reinado.
«Era muy caballeroso y vivimos una relación muy inocente», confiesa la actriz al periodista Nayib Canaán, de la revista TVyNovelas, dejando claro que le dedica un capítulo muy especial en el libro que próximamente publicará.
¿Cómo surge la idea de hacer este programa de entrevistas?
Esto surge desde mi propia necesidad, como figura pública. Yo tenía la necesidad de expresarme, de, a veces, mandarle al público el mensaje correcto de mi persona, de quien soy yo como ser humano, y de las cosas que de verdad quiero que la gente conozca de mi vida.
Hubo un momento en el que dejé de dar entrevistas porque yo, desde muy jovencita, estoy en esto y llegué a cansarme, ya no tengo la energía para seguir en la polémica, ni en la controversia. No lo necesitó yo, mucho menos mis seres queridos. A través de mi propia experiencia, de ver el dolor de mis familiares, el dolor de mi madre cuando se han dicho cosas terribles de mí, que no son verdad, o incluso, cosas que son ciertas, pero pertenecen a mi intimidad.
¿Quién es tu mayor referencia en la conducción?
Yo tengo una mentora que se llama Cristina Saralegui, y su programa siempre fue ese espacio que nos dio la oportunidad de contar nuestra verdad, de promover nuestros proyectos, porque no todo era la vida privada. Y yo sentí un vacío enorme cuando Cristina salió de la televisión, de ahí nació la idea de hacer Whats Up Alicia.
Este proyecto llega justo cuando celebras 25 años de coronarte como miss Universo. ¿Sientes que el tiempo ha pasado muy rápido desde aquella noche del 17 de mayo de 1996?
Sí ha pasado demasiado rápido. Y creo que estoy en un momento en el que debo parar y empezar a disfrutar muchísimo más cada proyecto que hago, con la seguridad, la preparación, la experiencia que me dan esos 25 años. En este tiempo no he parado, lo único que he hecho es trabajar para conseguir un lugar en el mundo del espectáculo como artista, como productora y como comunicadora. Con decirte que el ritmo tan acelerado hace que no recuerde algunos momentos de mis telenovelas, no recuerdo los llamados, de escenas, he olvidado algunos personajes, pero creo que ha sido por el furor de hacerme actriz.
¿De la noche en que ganaste el concurso sí te acuerdas?
De eso sí me acuerdo perfectamente, como si hubiera ganado ayer.
¿Cómo describes esa experiencia de competir con 78 mujeres?
Fue muy chistoso porque estábamos en un hotel de Las Vegas, mi compañera de cuarto era Paraguay y yo siempre me levantaba muy temprano, me encerraba, a veces, en el baño para recordar todo lo que me había enseñado Osmel (Sousa). Tenía las maletas bien preparadas con las prendas que me tocaba utilizar; yo aprovechaba antes de que se despertara mi compañera para tener todo listo para estar en ventaja. Yo repasaba, y María Kallay, que fue mi maestra de pasarela, me recordaba todo lo que me enseñaron. Recuerdo que me quitaba el vestido, me lo probaba y me lo volvía a poner. Todas las noches me ponía el vestido por temor a haber engordado.
¿El vestido celeste de Ángel Sánchez?
Sí, el que usé para la noche final. Yo vivía probándomelo porque nos servían muchas cosas para comer. Ese traje se hizo con mucho tiempo de antelación, Ángel y yo nos vimos en Caracas durante mi preparación; yo iba en las tardes a su atelier, escogíamos las telas, los colores. Y bueno, como yo soy una miss irregular, no era tan alta, Ángel no sabía qué hacer con el largo del vestido, a mí no me gustaba ningún color, a él tampoco. Pero recuerdo que al final, a Ángel lo convenció una tela que tenía guardada en un closet, y esa fue la que se usó para el diseño.
¿Tú te sentías ganadora desde el primer momento?
A ver, yo era muy jovencita y recibí un entrenamiento de atleta, siempre fui muy de seguir las reglas, he sido muy disciplinada, estudié en colegios de monja por 12 años, mi papá me tuvo en escuelas de música, y mi papá trataba de formarme con mucha responsabilidad porque yo era muy traviesa, entonces a mí se me hizo fácil seguir las reglas del Miss Venezuela para lograr lo que quería, o lo que queríamos todos. Para el Miss Universo sí estaba muy nerviosa, pero había dejado a mi novio, la universidad, mi papá vendió un carro para pagarme muchas cosas, él siempre me apoyó desde el principio, y entonces yo estaba convencida de que iba a ganar, iba a lo que iba. Apenas me bajé del avión para integrarme a las otras candidatas yo tenía actitud de ganadora.
¿Quiénes te acompañaron a Las Vegas?
Mi mamá, Osmel y el señor Joaquín Riviera (productor del Miss Venezuela). Todos estuvieron conmigo.
¿Qué pensaste cuando te coronaron?
Sabía que venía una avalancha de cosas en mi vida, claro, con el tiempo la corona también se volvió de espinas.
La corona también te llevó a conocer el amor al lado del ídolo del momento. ¿Cómo conociste a Luis Miguel?
Yo estaba en la sesión de fotos oficiales y él fue a conocerme.
¿Eras su fanática?
Honestamente, lo conocía porque él era una súper estrella, pero en Venezuela yo tenía otros gustos musicalmente hablando. Yo era más como rockera, sin embargo, me gustaba su tema No culpes a la noche.
¿Pero no te impresionó en ese primer encuentro?
No, y no es que no hubiera admiración de por medio, simplemente no fui seguidora de artistas de esas que hacían filas para verlos. Yo, de hecho, era bastante tímida.
¿Él fue muy atento contigo?
Era un caballero, muy lindo, era de restaurantes, flores.
¿A dónde fue la primera salida?
A un restaurante, bello, elegantísimo, en Beverly Hills. Recuerdo que él lo mandó a cerrar para mí, y son de esas leyendas urbanas que sí son ciertas, pero hay otras que no tanto.
¿Lo acompañaste a algunos de sus compromisos?
Lo acompañé a grabar la canción Sueña, para la película El jorobado de Notre Dame. Nunca se me va a olvidar, era un estudio espectacular en Los Ángeles, donde grababan Céline Dion, Barbra Streisand.
¿Es Luis Miguel un hombre apasionado?
Es que no me tocó esa parte, digo, fue una relación muy linda, juvenil, inocente, él tenía 26 años y yo 19. En esa época no había alcohol, cigarros, no había nada de eso.
¿Qué es lo peor que has leído de él y que consideras una mentira?
Lo más feo y que no me agrada, es que digan que es un tipo déspota, porque quizás es un hombre distante y reservado, pero para nada es déspota. Y si algo recuerdo, es cómo trataba a los empleados de su casa, tenía un señor que era como su papá, su mayordomo, y era sencillo con todos, muy amable con las muchachas.
¿Qué te decía él cuando te atacaban en los medios estadounidenses?
Fue un gran apoyo, y eso es lo que cuento en el capítulo que le dedico a él en mi libro. Él me vio llorar muchas veces, me consoló porque yo lloraba mucho. Me decía que no le hiciera caso a los rumores, es que hasta decían que yo estaba gorda porque me había embarazado de él, y él se ponía furioso. Es que tiene una delicadeza increíble con las mujeres.
¿Llegaste a ir a su mansión en Acapulco?
Sí, compartimos en el yate. Yo digo que a mí me tocó lo mejor.
¿Más que a Aracely Arámbula?
Sí, yo creo que sí (risas).