Aromatiza la casa con inciensos y descubre su poder energizante
El olor invade los sentidos. Es capaz de propagarse hacia espacios evocadores de nuevas y excitantes sensaciones. Se cuela hasta en el último rincón de la casa. Perfuma. Aromatiza. Relaja. Despierta buena ‘vibra’. Nació por primera vez en Arabia y la costa de Somalia hace miles de años. Su creación es milenaria. Se remonta desde los tiempos anteriores a Cristo.
Desde ese entonces, los inciensos se han utilizado para lograr una conexión entre el mundo material y el espiritual durante los rituales religiosos. En los templos sacros las oraciones e intenciones viajan con el humo que desprenden las varitas de olor, trayendo consigo una supuesta energía natural. En el ambiente se expande una combinación de flores, frutas y especias que, de alguna manera, le añaden a los lugares un elemento mágico y decorativo.
Según la explicación de Mery Andrade, del Centro Astrológico “Karma” de Caracas, “los inciensos vienen cargados de mucha energía que se recoge en los materiales orgánicos, puesto que son elaborados con aceites naturales de las hierbas, las plantas, los árboles y las flores. El incienso sirve para aromatizar el hogar, hacer rituales sagrados o profanos y estimulantes para la relajación. Además de ser una herramienta mágica -como aún se utiliza en los países islámicos- que aleja las malas energías y el mal de ojo.
Sin embargo, en nuestra ciudad el incienso tiene un uso más común: puede servir para perfumar la casa antes de una fiesta, cuando se va a tomar un baño, en una cena romántica o para eliminar malos olores debido a que es más eficaz que los ambientadores.
“La práctica de quemar inciensos, popurrí o esencias en esta época se ha puesto de moda. Tanto en el uso decorativo como de consumo. Actualmente la casa, la oficina y los negocios se valen de los recursos de la aromaterapia”.
En estos tiempos las personas se preocupan por realizar una limpieza en casa y recurren a los centros astrológicos en busca de productos que activen la buena energía. Aunque no se puede precisar a ciencia cierta si los inciensos, las velas aromáticas, los popurrí y las esencias para perfumar el hogar sean profanos o sagrados, los vendedores aseguran que hasta ahora no han provocado ningún mal. Al contrario, despiertan la espiritualidad, la armonía y la prosperidad.
En Egipto, los inciensos eran usados el día antes que el dios sol Amon-Re se ocultara, para que el alma de los muertos llegara al cielo alejando a los demonios y manifestando la presencia de los dioses. En la mayoría de las religiones los inciensos se utilizaban como forma de protección y para alejar los malos espíritus. De aquí que surge la tradición de la Iglesia Católica de encender incienso durante la eucaristía como símbolo de fe, purificación y presencia de la santidad.
Los cristales blancos del incienso natural todavía se utilizan en Omán con fines médicos. Al diluirlo en agua y tomárselo alivia la tos, la circulación, y los problemas del estómago.
Los inciensos y demás aromas resultan idóneos para crear una atmósfera grata que facilite la comunicación interpersonal, o bien para la práctica de la meditación.
Al quemar incienso hay que tomar las mismas precauciones que cuando se encienden velas. Deben colocarse en recipientes de cerámica o metal y, en cualquier caso, no colocarlos cerca o sobre superficies que puedan quemarse fácilmente (maderas, telas). Tanto el incienso en varitas como en grano deja cenizas. Por eso hay que tomar especial cuidado para que éstas no se dispersen y manchen todo a su alrededor.